El amor destructivo viene desde casa

¿Qué sucede cuando algunas personas pierden el control de sus emociones y llegan a obsesionarse por sus ex parejas, una vez que terminaron con ellas? Al parecer la neurociencia ya tiene una respuesta; todo sucede en la acción de la corteza orbitofrontal (que tiene que ver con la conexión entre las vías inferiores y superiores), la corteza cingulada anterior (que tiene que ver con el reconocimiento de emociones), el lóbulo temporal anterior (que tiene que ver con la tristeza) y el hipocampo (que tiene que ver con la memoria).

Según la neurociencia, el amor se guía por tres sistemas cerebrales independientes que trabajan de manera conjunta; y están relacionadas con el apego, el cuidado y el sexo. Cada una aportan sus respectivos químicos al cerebro mediante hormonas o neurotransmisores. 

Los caminos por los cuales discurre la química del amor, son las vías inferiores del cerebro, es decir, las zonas más instintivas o inconscientes, de ahí radica la frase que dice: "El amor es ciego", porque la razón es casi invisible en las decisiones amorosas, las "razones" del amor son subcorticales. Daniel Goleman destaca la importancia -por este motivo- de desarrollar la inteligencia social en los individuos, porque de hacerlo consciente, las decisiones y relaciones de pareja serían sanas y menos instintivas o ciegas. 

El autor menciona que existe una estrecha relación entre la experiencia que vivimos con la pareja y la que tuvimos en la infancia con los primeros cuidadores. Es decir, nuestro comportamiento con la pareja va a acorde a cómo nos trataron de pequeños. 
Pero antes de ingresar a ese tema, es importante aclarar de qué manera se pasa del cortejo al enamoramiento, y es gracias a la conversación, puesto que si se genera un rapport, una sincronía entre ambas personas que se coquetearon mutuamente, significa que vale la pena proseguir con dicha relación. En esta fase se activan las vías superiores del cerebro, puesto que se evalúan los pro y contra al iniciar una relación.

Una vez superada esta etapa, los amantes regresan a un estadio infantil en el que las palabras privadas y acciones algo exageradas, o cursis, hacen su aparición. El neurocientífico Jaak Panksepp sostuvo que la pareja enamorada se vuelve adicta la una a la otra. En su investigación demostró que existe un correlato neuronal entre la dinámica de la adicción a los opiáceos y la dependencia de las personas con apegos más intensos. Se puede apegar a la pareja como un drogadicto a su droga. 

Pero -y volviendo al tema principal- las zonas claves que activan el cerebro social son las cortezas orbitofrontal y cingulada anterior, aquellas que se activan, también, al consumir o al desear consumir drogas, y se apagan durante el proceso de desintoxicación. 

Para explicar cómo son los comportamientos de las personas adultas con sus parejas, al menos los perfiles estudiados en la investigación del psicólogo Phillip Shaver, existen 3 estilos diferentes:

1º La persona segura, es aquella que tuvo una infancia llena de cariño y apego por parte de sus padres, por consiguiente, no tiene problemas de relación, y se siente cómodo en ellas. Tiene expectativas, no rechaza emociones ajenas, está disponible a escuchar, piensa que debe estar en los momentos difíciles, como él estaría en caso contrario. Se considera interesado, respetuoso y afectuoso; que los demás son accesibles, confiables y de buenas intenciones.

 2º La persona ansiosa, es aquella que no ha tenido una infancia muy segura, los estados de ánimo de sus padres eran cambiantes, a veces de apego, pero de pronto, y sin comprenderlo, de total rechazo, por lo que desarrolla miedo, actitud defensiva, ansiedad. Esto significa que la persona creció con un tipo de carencia emocional. Por tal motivo, siente pavor a la idea de abandono, o es muy propensa a los signos de adicción al amor. Se mantienen hipervigilantes, celosos, lo pueden ser también con sus amistades. Estas personas -ante un problema emocional- buscan que la pareja las escuche, soporte sus llantos o sirva como consuelo de su pesar. Son rígidas. 

3º La persona evasiva, es aquella que creció en un ambiente indiferente, es decir los padres no hicieron caso de sus problemas, no le dedicaron tiempo. Estas personas se sienten incómodas de la proximidad emocional, no quieren escuchar problemas ajenos o estados emocionales. No comprenden, ni desean comprender, por qué la otra persona llora, al contrario, reaccionan de manera contraria. Son rígidas. Este tipo de persona busca una relación sin mucho compromiso emocional, puede cambiar de parejas sin remordimiento, porque no desea vincularse. Y si llega a hacerlo con alguien más allá de lo deseado, terminará saboteando la relación. Se les conoce vulgarmente como "personas frías".

Finalmente, la tendencia a la obsesión ocurre en el tipo ansioso, puesto que se activan regiones de la vía inferior del cerebro ligadas al lóbulo temporal anterior, que también se activa en la tristeza; la corteza cingulada anterior, que moviliza las emociones, y el hipocampo, que emplaza la memoria. Las personas ansiosas son incapaces, por más que lo deseen, de desconectar este circuito neuronal que perturba la relación. Las personas de tipo seguro, sí pueden desconectar estas vías, su lóbulo temporal anterior, que genera tristeza, puede ser neutralizado una vez que prestan atención a otros pensamientos. Esto gracias a la activación del área orbitofrontal que calma la inquietud generada por el lóbulo temporal anterior.
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Mensaje de OVO

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