Los colores son parte de nuestras vidas, desde muy pequeños los utilizamos para estimular nuestra percepción de las cosas. Con el tiempo llegamos a asociarlos de una manera más compleja, todos desarrollamos una especie de capacidad sinestésica para representar al mundo que nos rodea, utilizando nuestros sentidos y mezclando los resultados. Tenemos la facilidad de asociar colores con objetos, palabras, emociones, personas, etc., utilizando connotaciones basadas en experiencias. Los expertos opinan que la cultura influye en este tipo de asociaciones, sin embargo con respecto a las emociones, no se sabe si este factor es determinante.
Por ello, la publicidad basa sus contenidos en las connotaciones -contenidos subjetivos-, utilizan algo que Barthes llama mensaje icónico codificado, es decir algo que las personas identifican por medio de una interpretación, ya sea de la imagen o mensaje publicitario, obviamente con raíz cultural. Por tal motivo, la elección correcta del color es muy importante, una imagen en blanco y negro no connota lo mismo que una a todo color, al igual que los contenidos respecto a sus formas ya sea de los personajes, paisajes, tipografías, etc., todo lo que contribuya con la construcción del mensaje.
La mejor publicidad es aquella que genera emociones, pero no por el azar, sino por perseguir un objetivo específico; y como el significado es cultural, se puede medir de manera cuantitativa. Puede ser que sea aún un misterio el porqué asociamos los colores con determinadas emociones, pero lo que sí sabemos es que los colores contribuyen con la transmisión de los mensajes gracias al sentido que le damos a las imágenes.
Los colores más apreciados (por orden de importancia): azul, verde, rojo, negro, amarillo, violeta, naranja, blanco, rosa, marrón y otros.
Los colores menos apreciados (por orden desde menor importancia): marrón, rosa, gris, violeta, naranaja, amarillo, negro, verde, rojo, oro, plata, blanco, azul.
Con respecto a las connotaciones la autora presenta los siguientes resultados:
Azul, el color de la simpatía, armonía y la fidelidad, pese a ser frío y distante. El color femenino y de las virtudes espirituales. Rojo, el color de todas las pasiones, del amor al odio, del comunismo, alegría y peligro. Amarillo, color contradictorio, optimismo y celos, diversión, entendimiento y tradición. Verde, de la fertilidad, esperanza, burguesía, sagrado y venenoso. Negro, poder, violencia, muerte, color favorito de diseñadores y jóvenes, negación y elegancia. Blanco, femenino, inocencia, color del bien, espíritus, el color más importante de los pintores. Naranja, el color de la diversión, budismo, exótico y llamativo, pero subestimado. Violeta, teología, magia, feminismo. Rosa, dulce, delicado, escandaloso y cursi. Oro, dinero, felicidad, lujo. Plata, velocidad, dinero y Luna. Marrón, corriente, acogedor, necedad. Gris, aburrimiento, anticuado, crueldad.
Finalmente, no olvidemos que toda asociación se alimenta de la cultura, por ello es importante asesorarse antes de elegir las características principales que compondrán el mensaje a emitir.
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